Virginia de la Cruz …y de México

Opinión de Salvador García Soto//Serpientes y escaleras//eluniversal.com

Yo recogiendo botes, plástico, fui 25 años Preventiva, yo salía con mi uniforme orgullosa, la gente me respetaba, por eso sé como se trabaja eso. Ahorita ya es pura corrupción y mientras les den dinero están felices, cuando habemos familias destrozadas. Porque ustedes mismos hacen que nuestras familias no las quiten, porque reciben dinero malhabido. Nunca me han querido dar la cara. Dios los perdone, que nunca vayan a sentir este dolor que yo traigo. Empezó el novenario, no tengo ni siquiera para ofrecerles un café a las personas que me han apoyado. No se vale lo que están haciendo. No se vale (llanto desgarrador)”.

Hoy este columnista no tiene nada más qué escribir. Nada más qué decir sobre tanto dolor, tanta muerte y tanta desesperación e impotencia de las víctimas en este país. Virginia de la Cruz lo dijo todo el jueves pasado en la sede del Congreso local de Zacatecas. No sé cuántos diputados la escucharon, no sé siquiera si la escucharon o se pusieron a responder mensajes en sus teléfonos. Ignoro si el gobernador zacatecano se dio por aludido y si se tomó el tiempo para ver el video donde Virginia, madre de un hijo desaparecido de 21 años, le hace tantos y tan fuertes señalamientos y le pregunta, ahogada en llanto, por qué la han abandonado a ella y a todos los zacatecanos.

El grito desgarrador y desesperado de Virginia de la Cruz es el grito de casi todo México. Es el llanto impotente de muchos mexicanos, madres, padres, hijos, tíos, hermanos, amigos, que están sufriendo la violencia del narcotráfico y de los criminales crueles y sanguinarios, esos mismos a los que el Presidente llama “seres humanos, que también tienen derechos”, que roban, extorsionan, matan, desaparecen y desmiembran cuerpos, igual de ciudadanos que de rivales, mientras la política de seguridad federal los “abraza” y los evade, dejándolos actuar con total impunidad, mientras al gobernante le preocupan más sus caprichos, venganzas y ocurrencias de fin de sexenio.

La tragedia de Virginia, su dolor y sus pérdidas que la hicieron ir a gritar, a acusar, a mentar madres a la casa de los diputados de Zacatecas, es también la tragedia de millones de mexicanos que se enfrentan solos y sin nadie que les dé la cara ni los escuche, mucho menos que los ayude, a la crueldad de los criminales. Las lágrimas de la señora De la Cruz, que tiene desaparecido a su yerno, luego desaparece su hijo y durante 8 meses las autoridades le esconden el cuerpo y le niegan información, muy seguramente por la costumbre oficial de maquillar las cifras de desaparecidos y de homicidios, y que para colmo pierde y entierra a su señora madre, son las mismas lágrimas que corren por la mayor parte del territorio nacional donde abundan las víctimas civiles inocentes, en medio de la guerra de cárteles de la droga que se disputan, con el conocimiento y complacencia del Presidente y de las autoridades de todos los niveles, el territorio del país, sus municipios, sus ciudades, sus estados y sus fronteras.

Esa será al final, entre otras varias, una de las peores herencias que dejará Andrés Manuel López Obrador y su “transformación” de México: una República donde el dolor campea, los hijos desaparecen y las madres que los buscan con el alma desecha, el corazón a rastras y la esperanza firme. Y cuando a esas madres, que son acosadas, amedrentadas o de plano asesinadas por los narcos y encima de eso son desairadas, ignoradas y hasta descalificadas y acusadas de conspiradoras por los gobernantes, se les acaba el llanto y la paciencia, lo que queda es gritar, maldecir y llorar desde lo más hondo, mientras se les escupen las culpas a los pinches gobernantes, los pinches diputados y hasta por la pinche Semefo, que le ocultó el cuerpo de su niño por ocho largos y dolorosos meses.

NOTAS INDISCRETAS…

Tan sólo el año 2023 se reportaron en Zacatecas 706 personas desaparecidas, aunque las colectivas de madres buscadoras en ese estado hablan de una cifra que puede ser mayor porque muchos familiares no se atreven a denunciar por miedo a sufrir represalias de los criminales. La cifra la tienen actualizada en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No localizadas, y es la más alta que se haya registrado en la entidad zacatecana. Tratando de visibilizar su lucha y buscar apoyo de las autoridades y de la sociedad, el año pasado de los seis grupos de búsqueda que hay en Zacatecas, cinco de ellos denominados “Siguiendo tu rastro con amor”, “Ángeles Rastreadores con amor hasta encontrarlos”, “Buscadoras Zacatecas”, “Ranades Zacatecas” y el colectivo de acompañantes solidarios “Sangre de mi sangre”, se unieron para agrupar en total a 400 familias de desaparecidos en el estado. Cinco cárteles y grupos del crimen organizado, según la información de inteligencia federal, se disputan el territorio de Zacatecas por donde atraviesan los cargamentos de fentanilo y otras drogas que se mandan a los Estados Unidos. Enfrentamientos armados, masacres, asesinatos, desapariciones y desplazamientos forzados en varias regiones son la constante en este estado. Según la Comisión Local de Búsqueda de Personas (CLBP), el perfil de los jóvenes que se llevan los narcotraficantes son de edades de los 16 a los 28 años, lo que lleva a pensar que muchos de ellos son secuestrados con fines de reclutamiento y a los que se niegan, los matan. En el caso de las mujeres desaparecidas en Zacatecas, Everardo Martínez Aguayo, titular de la CLBP, afirma que la mayoría de ellas son asesinadas y a muy pocas las logran localizar con vida…Los dados se guardan por tres semanas y volverán a girar el lunes 5 de agosto. Mientras tanto, aunque quisieran dejar Escaleras Dobles a todos los amables lectores, en el México de Virginia de la Cruz y de todos nosotros abundan las Serpientes.

* Las opiniones y puntos de vista expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de Palabra de Veracruzano. Respetamos y defendemos el derecho a la libre expresión.

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